miércoles, 25 de febrero de 2009

El extraño caso de Freddie Hubbard

Freddie Hubbard (fallecido en diciembre pasado) siempre me ha parecido un caso curioso por dos motivos (relacionados entre sí):

-está catalogado como hardbopper, con algunos coqueteos con el jazz modal y, a partir de los setenta, con la fusión, pero de ninguna manera como un músico de free. Sin embargo, toca en dos de los más destacados discos del free, por no decir los dos GRANDES ejemplos de improvisación colectiva: Free Jazz de Ornette Coleman (Atlantic, 1960) y Ascension de John Coltrane (Impulse!, 1965) -por no hablar de East Broadway Run Down (1966, Impulse!) el único disco de Sonny Rollins en el que éste se mete con los dos pies en el free (en 1961, lo que grabó con su cuarteto con Don Cherry puede calificarse como de “un pie en el free")-.

-no es uno de mis trompetistas preferidos, ni mucho menos (aunque reconozco que no era manco), pero aparece en muchos de mis discos favoritos (y que son de esos-que-deben-estar-en-toda-discoteca-de-jazz-que-se-precie): Out to Lunch! de Eric Dolphy (Blue Note, 1964), Point of Departure de Andrew Hill (1964, Blue Note), Olé Coltrane, también de Coltrane (Impulse!, 1961), Maiden Voyage de Herbie Hancock (Blue Note, 1965), The Blues and the Abtract Truth de Oliver Nelson (Impulse!, 1961), Dialogue de Bobby Hutcherson (1965, Blue Note), Speak No Evil de Wayne Shorter (1964, Blue Note), Free for All de Art Blakey (1964, Blue Note)... La lista impresiona, y eso que es muy incompleta. Muchas de estas grabaciones son, además, ejemplos de un jazz, que si bien no es free, sí que muestra una libertad armónica mucho mayor que el hard bop.

Esto nos lleva a reiterar -como ocurrió con el cool y el West Coast- que las etiquetas no son compartimentos estancos, sino meras referencias en el libro de ruta. Freddie Hubbard no tenía un carnet de hardbopper, sino que era un músico de jazz, un trompetista muy reclamado por sus colegas por su gran técnica, su gran dominio armónico y su rapidez para la lectura. Que no sea de mis músicos favoritos no quiere decir que no disfrute con los discos en los que participa ni en los suyos propios, sobre todo su producción para Blue Note en los sesenta. Pero tal vez un exceso de perfección en su discurso me deja un tanto frío, aunque reconozca que lo que hace es admirable.


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